jueves, 28 de enero de 2010

.Silvio, y la cancion de cuando era niña.

Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte
si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura.
Si no creyera en la balanza
en la razón del equilibrio
si no creyera en el delirio
si no creyera en la esperanza.
Si no creyera en lo que agencio
si no creyera en mi camino
si no creyera en mi sonido
si no creyera en mi silencio.[...]

Silvio Rodríguez

La luz naranja iluminaba el salón, mi padre, que llevaba una enorme barba castaña, se levanto de mi lado para coger un vinilo, aunque por aquella época, yo desconocía como se llamaba aquel objeto redondo y fino.
Recuerdo sus ojos verdes mientras me dejaban en el suelo, sus argollas brillaron cuando los rayos de sol que entraban por la ventana las iluminaron. Me dijo unas palabras, pero no conservo el recuerdo de estas, solo la sensación de tranquilidad.
Empezó a sonar música. Una música tranquila, esperanzadora, sonaba como si toda la humanidad se hubiera juntado, por medio de algún tipo de energía cósmica, para la creación de ese momento, ese instante, que tan profundamente marco mis primeros pasos. Mi primer contacto, con las ideas, que tiempo después formarían parte irremplazable de mi vida.

1 comentario:

  1. Quien te iba a decir en ese momento que tiempo despues iba a formar parte de tu vida..

    Las cosas cambian tanto en un abrir y cerrar los ojos... por eso cuanto menos se parpadée mejor.

    Un besito de ensueño =)

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