Siempre he pensado que el amor es como un cigarrillo, que sabes, que a la larga te hará daño, pero que aun así, no puedes resistirte al deseo de envolverte en su humo.
Te lo vas fumando poco a poco, disfrutando cada calada, como si fuera un exuberante, placer prohibido, pero sabes, que tarde, o temprano,( esperemos que antes de que mueras de cáncer de pulmón), el cigarrillo se apagara, y entonces solo estarás tu, y aquel recuerdo de sabor a tabaco en los labios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
nunca se me habia ocurrido relacionar el amor con un cigarro... pero tienes razon, No son eterno! :)
ResponderEliminarPero después de un cigarro viene otro ;)
ResponderEliminarYO QUIERO FUMARME UN CIGARRO TAN EXTENSO COMO LSO QUE DIOS FUMA... MUY BUENOS LOS ULTIMOS TRES NO HE LEIDO LOS OTROS =)
ResponderEliminar