sábado, 26 de junio de 2010

Querida bernarda :)

Querida Bernarda, tras los hechos sucedidos la pasada noche del 4 de junio, me he visto obligada, bajo los férreos principios de mi moral cristiana, a comunicarte una serie de terroríficos al a vez que alarmantes sucesos. Espero que esta información, que a continuación, te proporciono, no tambalee los cimientos de nuestra, ya antigua amistad. Atentamente, Marie.

Tras un largo y frió viaje, por los parajes noruegos, la pasada noche me aloje en el antiguo castillo de dodenlig por como ya sabéis cortesía de vuestro prometido, el cual se ofreció, a pasar allí la noche, por según el, cierta desconfianza que habían sembrado en el los sirvientes.
Después del habitual recibimiento, subí la habitación que me correspondía, la primera del segundo piso, donde tras un placentero baño, y un cambio de atuendos, quede dormida sobre las colchas, hasta que uno de los muchos sirvientes, me despertó, informándome de que todos me esperaban para cenar.
Rápidamente me incorpore, peine un poco mis rubios cabellos, y baje a los salones, donde todos me aguardaban. Cenamos sopa y pollo, una comida bastante deliciosa, en comparación con la que me había alimentado las últimas semanas. Acabada ya la cena, me quede charlando y bebiendo (dos copas, como sabéis no soy devota de los placeres del vino) con vuestro prometido el conde.
Quedamos los dos solos, pues la servidumbre se había marchado a sus aposentos.
Unos minutos mas tarde de las 11, note como el conde comenzaba a ponerse nervioso, sus manos se volvieron temblorosas y frías, y su mirada, parecía buscar algo que no encontraba en la sala pues no paraba de moverse de un lado a otro, incapaz de concentrarse en un punto fijo. A pesar de mis múltiples intentos de sonsacarle información, el permanecía callado cuando alguna de mis preguntas hacia referencia a su, anormal nerviosismo.
Ya cansada de soportar la preocupación, que al conde corroía, y que a mi comenzaba a contagiarme solicite mi petición de retirarme, pues estaba agotada ,la cual el aliviado acepto.
Las gruesas sabanas cubrían mi cuerpo, protegiéndolo del frió nocturnos que por esos lugares reinaba. A pesar del cansancio que me invadía, me vi incapaz de conciliar el sueño, una extraña sensación de inseguridad, impedia mi descanso.

Oi un ruido, empeze a tembar, la habitación estaba a oscuras y no se veia nada. Venciendo mi temor me incorpore de un brinco y encendí asustada unas velas con las que ilumine la habitación. Seguí oyendo ruidos, y por culpa de mi terrible curiosidad ( a la cual voy a ignorar después de esto en adelante) sali de mis acogedores aposentos y a seguir el misterioso sonido.
Llegue a la puerta de la habitación A del segundo piso, de donde povenia el ruido, con temblorosas manos agarre el pomo de la puerta, esperando un ataque de valor que me obligara a abrirla, pero antes de que este aconteciera, el ruido ceso. Asustada me escondi tras la puerta de los servicios justo en frente de la desdichada habitación.
La puerta se abrió lentamente y a duras penas pude distinguir el rostro del conde, salia silencioso de la habitación, miro a los dos lados del pasillo y continuo su marcha rapida y cautelosamente.




Yo intrigada entre rápidamente a la habitación, queria saber que era ese extraño alo de misterio que invadia la situación.
Nada mas traspasar la puerta y levantar la vista. . . oh querida bernarda, me tiemblan las manos solo de recordar aquella espeluznante situación.
Sobre la cama yacía una joven de cabello rubio, desnuda, atada ferozmente a un crucifijo, como el de nuestro bendito señor Jesús, pero al revés como manda Belcebú, en los libros prohibidos. No tube tiempo para gritar cuando me fije en la brutalidad con la que su cara habia sido golpeada, pues apenas se diferenciaba rostro humano en aquella masa carnosa y muerta, mas mi susto fue peor cuando descubri que donde debian estar sus ojos no habían mas que dos grotescos agujeros, cubiertos de sangre, una sangre tan oscura y maloliente que revolvió mis tripas, y obligo a mi estomago a expulsar la cena allí mismo.
Después de aquello volví corriendo a mi habitación, y me tumbe en la cama mientras recordaba una y otra vez la cara de la muchacha
Ahora una semana después, me veo obligada a enviarte esta carta, no se lo que ocurrio en esa habitación, pero a la mañana siguiente estaba totalmente limpia y vacia, por favor amiga, tenga usted cuidad con vuestro prometido, que se que no debo hablar injurias sobre el, pero querida, no he dormido bien desde entonces y ahora cada vez que le veo, recuerdo aquella escena desalentadora y temible, y temo que lo que a esa joven le ocurrio pueda ocurrirte a ti a manos de tu esposo.
Tenga cuidado amiga.

Atentamente Marie, fallecida el 4 de junio.



* Aun me falta pulir algunos detalles de la carta, pero me gustaria saber opiniones a ver que tal :) Gracias

2 comentarios:

  1. Pues, sinceramente, me ha dejado flipada XDD
    Me gusta mucho como esta escrito ^^

    Beso!

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  2. Me ha gustado mucho, yo la dejaría tal cual, pero si quieres pulirla, deja que pasen dos días y la vuelves a leer a ver que piensas entonces.

    Un besito de ensueño =)

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